enero 17, 2009

In Memoriam

Érase una vez, en un pueblecito de la provincia de Segovia llamado Prádena de la Sierra, una familia de ganaderos y pastores que tuvieron un hijo al que pusieron por nombre Bibiano. En esos tiempos no existía en España la educación obligatoria ni la seguridad social, de hecho no existía casi nada pero la gente se las arreglaba para vivir. La madre de Bibiano que se llamaba Ángela se las apañaba para preparar la comida de los pastores todos los dias durante el verano (porque en invierno los hombres se iban con las ovejas a Extremadura y entonces las mujeres se quedaban mucho mas desocupadas) y se las arreglaba para cuidar su casita y su huerta y dar de comer a toda esa gente. El padre de Bibiano se ocupaba en ir los jueves al Mercado de Segovia, (como venían haciendo todos los ganaderos de la comarca desde que, allá por el siglo XIV o XV no me acuerdo muy bien, los Reyes de Castilla crearan el Mercado de Ganado de Segovia en el que los contratos se perfeccionaban con un simple apretón de manos) a comprar y vender ovejas.
Bibiano creció en aquel pueblo y aprendió a leer y a escribir y poco mas porque en aquella época casi nadie estudiaba nada y mucho menos iba a la Universidad. Pero Bibiano además de guapo era listo y se fijaba mucho en todo lo que veía y escuchaba y así aprendió por su cuenta mucho mas.
Cuando llegó a mozo se enamoró de una zagala del pueblo de al lado que se llamaba Bonifacia ( la moza, no el pueblo). Y como en esos tiempos no había ni carreteras ni coches pués iba a verla y rondarla todos los días a caballo.
Se casó con ella, porque entonces había que casarse o había que casarse, y tuvieron nueve hijos porque tampoco había anticonceptivos ni nada de nada; por no haber no había ni ginecólogos ni maternidades en los hospitales. Las mujeres parían en su casa y afortunadas eran si en el pueblo había alguna partera. Pero Boni era fuerte y tuvo a sus nueve hijos sola y en su casa.
Prosperaron, porque Bibiano era inteligente, y acabaron montando un negocio en la capital que les fue bién. Pero Bibiano nunca olvidó sus raices ganaderas, que en el fondo era lo que de verdad le gustaba, y siempre continuó relacionado con el mundo de la ganadería. Y fue Comendador de los ganaderos que era como un título honorífico. Y escribía en el Adelantado de Segovia sobre temas de ganadería y de actualidad. Una especie de blog de esos tiempos que se llamaba "Soliloquios del Tío Frutos".
Bibiano era mi abuelo y cuando se publicó un libro con todos aquellos artículos en la dedicatoria escribió: " A mis nietos".
En su memoria y en agradecimiento a todo lo que me ha dejado en herencia, desde sus genes hasta sus enseñanzas, empiezo hoy este blog dedicado a mis nietos.

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